Líderes de 20 naciones recién terminaron con una
cumbre histórica en China. Mientras que las cuestiones económicas y el cambio
climático fueron temas prioritarios en la agenda de la reunión, los derechos
humanos y la libertad religiosa fueron apenas mencionados.
Hang Zhou, la capital de la provincia de Zhejiang, recibió a
líderes mundiales para la primera cumbre económica en China. El presidente
chino, Xi Jinping, tuvo el placer de ser el anfitrión de la reunión. Esto se
dio en un momento en que un número creciente de chinos están preocupados sobre
el futuro de su economía.
“China
quiere el apoyo del resto del mundo. Como hemos visto, que las importaciones y
exportaciones están disminuyendo. Y esto va a ser un problema para China.
Porque en el pasado, las exportaciones dependían de la economía, ahora dependen
de la economía interna. China necesita dinero desde el exterior", dice un
analista chino.
El
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y otros líderes occidentales tienen
la esperanza de cumplir lo prometido. En la cumbre, Obama dejó claro que
presionará por la ratificación del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP,
por sus siglas en inglés) antes de que su mandato acabe. Ambos líderes acuerdan
que este convenio sería ventajoso para sus países.
"Y
eso incluye a los acuerdos comerciales de alto estándar que realmente
benefician a la clase media, como el TPP, que incluye el trabajo en conjunto
para abstenerse de prácticas desleales de divisas y luchar contra la corrupción
y la evasión fiscal global", indicó Obama.
Otro
motivo de preocupación para Estados Unidos y China se mueve en el mar del sur
de China. Un reciente fallo de la corte internacional a favor de las
reivindicaciones territoriales de Filipinas sobre las de Pekín. Funcionarios de
defensa estadounidenses están preocupados sobre los avances en las capacidades
militares de China.
Y
activistas de derechos humanos estaban decepcionados de que la libertad
religiosa y los derechos humanos no fueran discutidos. Justo antes de la
reunión, algunos activistas estadounidenses se reunieron en la Casa Blanca con
la Consejera de Seguridad Nacional, Susan Rice. Ellos querían que el presidente
Obama confrontara al presidente chino sobre lo que ellos llaman es la peor
crisis de derechos humanos del país desde la ofensiva en la Plaza Tiananmen, en
1989.
El
presidente de China Aid, Bob Fu, fue uno de los asistentes a la reunión de los
activistas en la Casa Blanca.
“Sólo
en los últimos dos años, más de 2000 iglesias fueron demolidas en China. Muchos
creyentes fueron golpeados, y otros pastores fueron encarcelados durante 12 a14
años. Pastores muy conocidos fueron eliminados", comentó Bob Fu, el
presidente de China Aid.
Sin
embargo, el presidente Obama dijo que los temas de libertad religiosa se
discutieron en uno “forma clara, sincera, directa y constructiva”. Aunque las
cuestiones económicas dominaron la agenda, China y Estados Unidos anunciaron la
ratificación formal del acuerdo de París sobre el cambio climático. El acuerdo
frena las emisiones de carbono.
“Como
dos naciones líderes, debemos gestionar y controlar nuestras diferencias de una
manera constructiva. Debemos hacer un buen uso de los nuevos métodos,
incluyendo la observación integral y grandes volúmenes de datos para el cambio
climático, y profundizar la investigación sobre la ciencia del cambio
climático”, indicó Xi Jinping.
A
pesar del acuerdo del cambio climático, muchos temas de desacuerdo entre China
y Estados Unidos se mantienen. Una vez más, el cambio climático, el comercio y
la riqueza, parecen ser más importantes que los derechos humanos, la libertad
religiosa, las reivindicaciones territoriales y los problemas de seguridad.
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