En el instituto bíblico se acercaba el
tiempo de las vacaciones de invierno, y por un lado estaba ansioso de que
llegaran. Visitaría a amigos, pero sobre todo tendría un descanso de los
estudios. No obstante, en lo profundo de mi corazón no quería esas vacaciones.
En el instituto
bíblico se acercaba el tiempo de las vacaciones de invierno, y por un lado
estaba ansioso de que llegaran.
Visitaría a amigos, pero sobre todo tendría un
descanso de los estudios. No obstante, en lo profundo de mi corazón no quería
esas vacaciones.
Cada vez estaba más interesado en Patricia, y
cuando me enteré de que ella haría un viaje durante esos días, me preocupé
pensando que pudiera llamar a algún viejo novio y volviera a verlo. De manera
que le dije a Patricia lo que sentía con respecto a ella.
No fue un momento dramático ni demasiado
romántico. Fue simplemente mi estilo directo y sin rodeos. Le dije que deseaba
que supiera lo especial que ella era para mí, que me importaba mucho, y que
esperaba que pudiéramos pasar más tiempo juntos luego de las vacaciones de modo
de conocernos más y mejor.
Realmente la extrañé muchísimo. Luego del receso
volvimos a los estudios, aunque debo admitir que mis calificaciones no fueron
tan buenas. Patricia tuvo parte de la culpa ya que pasaba con ella tanto tiempo
como me era posible.
Dos palabras
caracterizaron nuestra relación durante ese período. Una de las palabras es
CONOCIMIENTO. Al tiempo que Patricia y yo conversábamos y pasábamos tiempo
juntos, me convertí en un experto en ella. Comencé a descubrir no sólo lo que
ella pensaba, sino además por qué lo pensaba. Es verdad que sólo se puede amar
a alguien hasta el punto en que uno conoce a ese alguien.
El amor a primera vista puede sonar romántico,
pero una verdadera relación de amor rara vez está basada en las primeras
impresiones. Debemos tener cuidado de no desarrollar una imagen idealizada de
la otra persona basándonos en esas impresiones, ya que tarde o temprano nos
decepcionaremos. Es vital ser honesto y abierto desde el principio. Tenemos que
crecer en amor al tiempo que profundizamos nuestro entendimiento y apreciación
de la otra persona.
La otra palabra que quiero compartir es
CONSAGRACION. La personalidad de Patricia, su inteligencia y su aspecto
atractivo me llamaron la atención cuando la vi por primera vez, sin ninguna
duda. Pero a medida que nos fuimos conociendo más el uno al otro, descubrí su
amor por el Señor Jesús, y eso fue decisivo. Patricia era una joven que había
consagrado su vida a Dios, y eso se transparentaba en todo momento.
Así fue que, para mi sorpresa, un día me levanté
con la certeza de que estaba enamorado de Patricia y deseaba pasar el resto de
mi vida sirviendo al Señor con ella. Hablé con sus padres, y confieso que a
pesar de lo mucho que los quiero esa primera vez sentí un gran dolor de
estómago por los nervios que tenía. Ellos se alegraron; nos aconsejaron, y no
pasó mucho tiempo antes de que nos comprometiéramos.
Realmente no puedo decir que el momento en que le
propuse casamiento a Patricia fue romántico. Yo traté de que sí lo fuera, pero
en lugar de preguntarle si se quería casar conmigo, le pregunté si quería
volver a la Argentina conmigo. Ella comprendió lo que yo quería decir y todo lo
que esa pregunta implicaba.
Cuando me dijo que sí, que regresaría conmigo a la
Argentina, yo también comprendí lo que su respuesta quería decir. Nos casamos
unos meses después, y cada día le doy gracias al Señor por el regalo más grande
que me ha dado luego de la salvación: mi amada esposa. Como cristianos
consagrados al Señor, no debemos casarnos con alguien que simplemente sea
cristiano (1 Corintios 7:39), sino con un cristiano que crezca en el Señor
Jesús.
Alguien cuya vida esté marcada por su consagración
a Dios, por la verdadera espiritualidad. Hágase estas preguntas: "La
persona que yo amo, ¿en verdad me desafía, alienta e inspira a vivir cada día
más cerca del Señor? ¿O acaso me doy cuenta de que él/ella obstaculiza mi
crecimiento espiritual?" Ante Dios hoy mismo tome la decisión de que se
pondrá de novio y se casará con alguien con quien pueda buscar el reino de Dios
toda la vida. Nada podría ser más emocionante.
Fuente: .sigueme.net
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