domingo, 5 de noviembre de 2017

El Arte De Identificarse Con Los Demás


Pablo ve ahora su principal tarea como una quemante responsabilidad ¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!. 1 Corintios 9.15-27

Necesidad de anunciar el Evangelio (15-18). El apóstol no está dispuesto a recibir dinero por predicar el Evangelio. 

Esto no significa que el hombre deba trabajar gratuitamente; pero sí quiere decir que no debe trabajar simplemente por dinero. El anuncio del Evangelio es un privilegio (15) y al mismo tiempo un deber (16).

El llevar una palabra de aliento o el conducir una vida a Jesucristo, no se mide en términos económicos. El gozo que se recibe por esto ya es suficiente. 

Necesidad de adaptación por causa del evangelio (19-23). El principio que aquí surge es que el Evangelio ha de presentarse tomando en cuenta la particularidad del público a quien va dirigido. 

No por eso debe adulterarse su esencia, ni creer que “mi habilidad, mi empuje, mis resortes van a ayudar al Espíritu Santo a realizar su obra”. 

Como la criada que, habiendo comprado un papel cazamoscas que no atraían a las moscas, ella misma las cazaba al vuelo y las pegaba al papel. 

Necesidad de disciplinarse por causa del Evangelio (24-27). Todos lo sabemos: triunfar en una lucha demanda disciplina. 

La vida cristiana es una batalla que libramos a diario. Vivir la vida a plenitud impone una meta que hay que conquistar. 

Para pensar. ¿Cómo sería posible volverse como borracho, estudioso, empresario o deportista para ganarlos para Cristo? 

Oración. Que nos volvamos como el Señor para ganar a los demás para el Señor. 

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