El pasado 11 de junio, Abbott promulgó una ley que protege a las iglesias, pastores y sacerdotes contra demandas civiles o sanciones gubernamentales, por negarse a celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo.
La Ley de Protección al Pastor protege a las organizaciones religiosas y a las personas de la realización de matrimonios que violan sus creencias. Además también prohíbe que gobiernos locales multen a iglesias o asociaciones religiosas que no quieran rentar sus locales para bodas gay, siempre y cuando la negativa sea estrictamente por motivos religiosos.
La autorización del gobernador de dar prioridad a las creencias religiosas se da horas después de que la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos legalizara el matrimonio entre personas del mismo sexo a nivel nacional.
Abbott dijo que pese a la decisión del máximo tribunal del país, “el derecho fundamental de la libertad religiosa sigue siendo protegido en Texas. Ningún texano es requerido por la decisión de la Suprema Corte a actuar en contra de sus creencias religiosas respecto al matrimonio”. “Como funcionarios gubernamentales tenemos un deber constitucional de preservar, proteger y defender la libertad religiosa de todos los texanos”, afirmó el gobernador.
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