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domingo, 16 de abril de 2017

Qué Hacer Si Has Caido En Pecado Sexual?

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Si fuiste culpable del pecado sexual antes de recibir a Cristo como tu Salvador, necesitas reconocer que la Biblia dice, “De modo que si alguno está en Cristo nueva criatura es; ¡as cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. (2 Co. 5:17).

Toda tu vida pasada está bajo la sangre de Jesús, enterrada en lo más profundo del mar. Pon un aviso al diablo, “‘No se permite pescar en este mar”. El quisiera atormentarte haciéndote recordar tus pecados del pasado, pero no se lo permitas.

Si tú dices, “Pues, yo caí en pecado después de mi salvación; ¿Qué debo hacer?”

1. Enfréntate a ti mismo y confiesa tu pecado. David dijo, “Contra tí he pecado… “Sal. 51:4. El no hizo excusas por sí mismo, no dijo, “Todos lo están haciendo” o “Todos somos débiles”.

Proverbios 28:13 dice, “E! que encubre sus pecados no prosperará; mas el que lo confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. Aquí encontramos el segundo paso.

2. Apártate del pecado, abandónalo.

3. Busca el perdón de otros. Si tú, joven, has pasado la línea de lo correcto con una muchacha, ve con ella y pídele perdón, prometiéndole que jamás volverá a suceder.

4. Perdónate a ti mismo 1 Jn. 1:9 dice, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel’ y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad . Si Dios me puede perdonar, yo puedo perdonarme a mi mismo. 

Fuente:  www.sitiodeesperanza.com

sábado, 15 de abril de 2017

ÉL Te Librará De Todas Las Aflicciones


“Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová. El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado”. Salmos 34: 19-20

En mi vida no recuerdo haber visto tantas situaciones tan difíciles como las que he sido testigo los últimos meses. Estamos frente a unos tiempos llenos de tribulaciones y de aflicciones indescriptibles.

Por donde voy encuentro personas que están pasando por duros momentos económicos, familiares, laborales y espirituales. Es difícil para mi ser testigo de lo que esta ocurriendo, mas cuando me siento incapaz de poder hacer algo por cambiar lo que nosotros mismos hemos provocado.
Es que no podemos hacernos el del ojo pacho y creer que esto que estamos viviendo es “un castigo de Dios”, Dios siempre ha sido el mismo de ayer, es el mismo hoy y será el mismo mañana. Somos nosotros los que nos hemos olvidado de su justicia, de ser justos delante de El y con esto alcanzar su libertad.


Si todo el mundo entendiera que necesitamos humillarnos ante Dios y reconocer nuestra total dependencia de El, como dirían en nuestro país: “otro gallo cantara”. Pero la realidad es otra. Estamos frente a una generación que no depende de Dios, aun nosotros mismos, llamados cristianos, no estamos dependiendo TOTALMENTE de Dios, y realmente todo esto es una lastima, pues tarde o temprano ese hecho nos pasara factura.

Frente a todo lo que estamos viviendo y de lo cual estamos siendo testigos Dios me llevaba a reflexionar en el pasaje que leímos al inicio, en donde la primera frase dice así: “Muchas son las aflicciones del justo”.
Ahora bien, ¿Que significa justo? Entre las definiciones que nos regala el diccionario de la lengua española están:
1. Que obra según justicia y razón.

2. Que vive según la ley de Dios.

Me quedare con la segunda definición: “que vive según la ley de Dios”. Si bien es cierto hoy no vivimos conforme a ley sino conforme a la gracia de Dios, pero eso no quiere decir que tenemos que desviarnos del propósito de nuestra vida el cual tendría que ser agradar a Dios en TODO, y esto es igual a ser JUSTO.
La Palabra de Dios en los versículos que leímos nos menciona que muchas son las aflicciones del justo, pero la segunda frase nos llena de aliento y nos dice: “Pero de todas ellas le librará Jehová”.
Eso quiere decir que no importa cuales sean tus aflicciones, si ERES JUSTO Dios te librara de todas ellas.
La pregunta seria: ¿Estaremos siendo justos?, si yo te preguntara lo siguiente: ¿Quieres ser librado de tus aflicciones?, rápidamente y sin dudarlo me responderías: “SI QUIERO”, pero la respuesta la tenemos TODOS y no se trata solo de una respuesta hablada, sino mas bien de una vida que agrade a Dios.
La Clave de ser librado de todas las aflicciones es: SER JUSTO.
Ser justo tiene que ver con llevar una vida que agrade a Dios, una vida que aun con sus errores y defectos anhele por todos los medios de ser transformado por el poder de Dios para ser delante de El como un olor grato.
Y es que para ser justo solo se necesita vivir como Dios manda y eso TODOS los sabemos, pero aun cuando lo sabemos, NO QUEREMOS HACERLO.
Amados hermanos, estamos viviendo unos tiempos en donde necesitamos urgentemente buscar la justicia de Dios, en donde ya no valen las excusas para tratarnos de justificar de nuestra falta de justicia. Dios anhela ver un pueblo que se decida a buscar la justicia a ser justos con Dios y por ende con TODO mundo.
Dios quiere librarte de todas tus aflicciones, no importa que nombre tengan, pero también anhela ver de tu vida, una vida JUSTA, pues la Palabra de Dios es clara en afirmar que muchas serán las aflicciones del justo, pero que lindo saber es que Dios no te olvidara, sino que DE TODAS ELLAS TE LIBRARA.
Valga mencionar que aun cuando eres justo, las aflicciones vendrán, el hecho de practicar la justicia no te dejara exento de las aflicciones, pero tienes que tener la certeza que de TODAS ELLAS te librara el Señor.
¿Qué de aquellos que aun cuando sabemos que la clave de la liberación de Dios frente a la aflicciones es la justicia, pero no la queremos buscar?, ¡Ay! De nosotros.
Es hora de anhelar la justicia, es hora de comenzar a ser justos hasta en lo mínimo, hasta en aquello que nosotros creemos que no es necesario. Dios anhela corazones que anhelen la justicia, porque a dichos corazones no se negara su ayuda.

¿Estas siendo justo?, Examinemos nuestro corazón y ANHELEMOS SER JUSTOS.

Fuente: www.reflexiones.cristianas.com

¿Cómo Aprender a Valorar a Los Demás?

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Hay dos cosas que nunca deberíamos hacer:
Primero, esperar sentirnos como en casa en este mundo, porque “nuestra ciudadanía está en los cielos” (Filipenses 3:20); segundo, estar pensando tanto en el cielo que no sabemos vivir en la tierra.

Los principios de la “sal” y la “luz” enseñados por Jesús demandan que influyamos e iluminemos a otros, por su bien y por el Señor. Eso significa comprometerse a hacer las cosas mejor en el hogar, en el trabajo y en todas tus empresas.

Si las únicas personas que te preocupan de verdad son las de tu iglesia, tu sal no está sazonando ni tu luz repeliendo la oscuridad. El mandamiento de Cristo de “amarás a tu prójimo” abarca a aquellos que no son tan dignos de amor. Sólo amas a otros cuando añades valor a sus vidas. ¿Cómo aprender a valorar a los demás? ¿Cómo se hace eso?
Veamos unas sugerencias.

1) Valorándolos de verdad.

Significa creer en ellos antes de que ellos crean en ti, servirlos antes de que te sirvan y darte a ti mismo sin esperar nada a cambio.

2) Añadiendo valor a tu propia vida.

No puedes dar de lo que no tienes, por lo tanto, tienes que crecer y desarrollarte para dar y guiar a otros.

3) Siendo consciente de lo que ellos valoran.


¿Qué pasa cuando lo único que te interesa es tu programa? Que sabes muy poco de la gente que te rodea. Haz que sus prioridades sean las tuyas. Pídeles que te cuenten sus historias, descubre sus sueños y sus anhelos, haz que su éxito sea parte de tu misión.

4) Haciendo las cosas que Dios valora.


Cuando acabe tu vida, ¿para qué habrás vivido? Llegará el día en que todo lo que está en la tierra se convertirá en polvo incluido tú mismo. Por consiguiente, date de lleno a esas cosas que van a perdurar después de que tú hayas partido.
Fuente : www.devocionalescristianos.org

¿Cuál Es Tu Actitud Hacia Tu Hijo?


Cuando estuve en el palacio de Buckingham, el príncipe Felipe me preguntó: ¿Qué podemos hacer con la delincuencia aquí en Inglaterra?

Le contesté: “Mandar a más niños a la Escuela Dominical“. Pensó que estaba bromeando. Pero le señalé un estudio del sociólogo Christy Davies que revelaba que en la primera mitad del siglo XIX la sociedad británica se caracterizó por altos niveles de delincuencia y violencia, las cuales disminuyeron dramáticamente a finales de siglo XIX y principios del siglo XX.

¿Qué hizo cambiar el carácter de toda una nación?
Durante ese período la asistencia a la Escuela Dominical se incrementó gradualmente; para 1888, un 75 por ciento de los niños en Inglaterra asistía a la Escuela Dominical.
Desde entonces, la asistencia ha ido declinando, coincidiendo con un incremento de delincuencia y desorden. Si llenamos las Escuelas Dominicales, cambiaremos los corazones y restauraremos la sociedad.

¿Quiere decir eso que nuestros hijos nunca se van a extraviar?

No, significa que se darán cuenta de la verdad que se les enseñó, recordarán la alegría de estar “en la casa del Padre” y volverán, porque sabrán que son bienvenidos.
Si te fijas, al padre del hijo pródigo no se le acusó de haber descuidado a su hijo.

Él fue un gran modelo a seguir. Sustentó a sus hijos económica y emocionalmente y los guió sin forzarlos a que entraran por el aro.
Les dio la libertad de equivocarse y un lugar por si querían regresar.

Lo que marca la forma de educar a nuestros hijos es la actitud que adoptamos ante ellos.

Es posible que tu hijo esté “totalmente apartado”, pero necesita saber que lo amas, que oras por él y que lo acogerás si vuelve a casa.

viernes, 7 de abril de 2017

Me Resulta Dificil la Pureza - Reflexión

Curso de Homiletica Cristiana

Cometí inmoralidad sexual con mi novia, y también robé dinero. Después de oír uno de sus programas radiales, confesé mis pecados a Cristo y le entregué mi vida. Sin embargo, me resulta difícil tener una vida espiritual limpia de pecado, y quisiera su consejo.


Respuesta: 

Le agradezco su confianza al escribirme una carta tan abierta, tan sincera, y espero que estos breves consejos le ayuden.

Quiero decirle que disfrutamos en toda su plenitud de la verdadera vida espiritual cuando resistimos la tentación. Dice Santiago capítulo 1: "Dichoso el hombre que no cede a la tentación, porque un día ha de recibir la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman". 

Ahora bien, ¿qué es esa corona de vida que promete la Biblia? Es sencillamente la vida vivida en toda su hermosura y plenitud.

El hombre que fracasa y vuelve a fracasar, el joven o el adulto que siempre vive tropezando moral y espiritualmente, es un individuo que no disfruta de la vida. Yo conozco a muchos que bromean y se burlan de lo espiritual, de lo puro, de lo limpio. 

Sin embargo esas mismas personas en lo secreto de su alma son miserables, y la vida no es un placer para ellos. Así que, en primer lugar, hay que soportar, resistir, vencer la tentación para disfrutar de la vida aquí en la tierra en toda su plenitud.

En la vida espiritual hay tres elementos que nos dan victoria, alegría y plenitud de vida: el corazón limpio, una buena conciencia, y una fe no fingida (Timoteo 1:5). Primero, el corazón limpio. Dice la Biblia que el
amor nacido de corazón limpio, de buena conciencia y de fe, es el plan de Dios para gozar de la vida. Así que, hay que tener el corazón limpio, algo que se obtiene cuando obedecemos a la Palabra de Dios. 

Por lo tanto, joven, usted que me cuenta su historia de fracaso moral con su novia y algún robo
que ha cometido, sepa que para mantenerse limpio de pecado tiene que tener el corazón limpio. Usted ya es cristiano, de modo que lea mucho la Biblia y
obedézcala.

Segundo, hay que tener buena conciencia. ¿Quién puede tener una buena conciencia en un mundo tan lleno de pecado? Todos nosotros la podemos tener si caminamos en la luz y en pureza de vida. Si tropezamos, confesamos a Dios el pecado; si hemos herido a otra persona, le pedimos perdón. 

En su caso, usted tiene que pedir perdón a su novia por haber tenido relaciones sexuales premaritales con ella (pues eso demuestra falta de control y el deseo de una satisfacción egoísta), y además debe devolver el dinero que robó, pedir perdón a la persona a quien se lo robó y esperar su perdón.

Por último, hay que tener una fe no fingida, y esa fe no fingida viene cuando usted pone en práctica una vida con corazón limpio y buena conciencia.

Adelante en su nueva vida con Cristo. Solo no podrá vivirla, pero recuerde que Cristo vive en su corazón y usted todo puede hacerlo en El (Filipenses 4:13).

Fuente: sigueme.net/noviazgo

Limites en el Noviazgo Cristiano - Reflexion



La práctica de la relación sexual antes del matrimonio es conocida en la Palabra de Dios como fornicación, uno de los pecados más condenados en las Escrituras.

Efesios 5:3 “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos”.

Efesios 5:5 “Porque con certeza sabéis esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios”.

1Corintios 6:18-20 “Huid de la fornicación. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo. (19) ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (20) Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

2 Timoteo 2:22 “Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro.”

1Tesalonicenses 4:3-8 Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual; (4) que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, (5) no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; (6) y que nadie peque y defraude a su hermano en este asunto, porque el Señor es el vengador en todas estas cosas, como también antes os lo dijimos y advertimos solemnemente. (7) Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación. (8) Por consiguiente, el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino al Dios que os da su Espíritu Santo.

1Pedro 1:14-16 Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia, (15) sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; (16) porque escrito está: SED SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO.

En el Antiguo Testamento cuando un hombre se llegaba a una mujer y no la encontraba virgen, porque esta había incurrido precisamente en el pecado de la fornicación, el mandato de parte de Dios era que esa mujer debía morir apedreada.

Deuteronomio 22:13-21 Si un hombre toma a una mujer y se llega a ella, y después la aborrece, (14) y la acusa de actos vergonzosos y la difama públicamente, diciendo: “Tomé a esta mujer, pero al llegarme a ella no la encontré virgen”, (15) entonces el padre y la madre de la joven tomarán las pruebas de la virginidad de la joven y las llevarán a los ancianos de la ciudad, a la puerta. (16) Y el padre de la joven dirá a los ancianos: “Di mi hija por mujer a este hombre, pero él la aborreció; (17) y he aquí, él le atribuye actos vergonzosos, diciendo: ‘No encontré virgen a tu hija.’ Pero esta es la prueba de la virginidad de mi hija.” Y extenderán la ropa delante de los ancianos de la ciudad. 

(18) Y los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán, (19) y le pondrán una multa de cien siclos de plata, que darán al padre de la joven, porque difamó públicamente a una virgen de Israel. Y ella seguirá siendo su mujer; no podrá despedirla en todos sus días. (20) Pero si el asunto es verdad, que la joven no fue hallada virgen, (21) entonces llevarán a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera, porque ella ha cometido una infamia en Israel prostituyéndose en la casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.

Al momento de la creación, Dios eligió a un hombre para una mujer; Adán para Eva y a Eva para Adán, y los consagró y los unió en matrimonio. En el hebreo la palabra para matrimonio es KIDDUSHIN, que significa consagrar o dedicar para uso exclusivo. De manera que en el matrimonio Dios entiende que Él separa al hombre para uso exclusivo de esa mujer y a la mujer para uso exclusivo de ese hombre.

Las relaciones prematrimoniales no garantizan ese uso exclusivo, ya que la mayoría de los noviazgos terminan; y ese hombre y esa mujer terminarán casándose con otra persona sin haber preservado su virginidad. Aquello que Dios no permite es considerado pecado, y Dios en ningún momento permitió las relaciones prematrimoniales.

Igualmente, toda práctica sexual que motive a la consumación final de esa relación sexual, también es considerada fuera de los límites permitidos antes del matrimonio. Con esto nos referimos a lo que son los masajes por las partes íntimas de la pareja, o el manoseo de los genitales.

De igual manera, la práctica del sexo oral antes del matrimonio es también considerado una relación sexual. Es interesante observar la definición de relación sexual utilizada por el Senado Norteamericano, un organismo secular, cuando el presidente Bill Clinton fue cuestionado en cuanto a si él había tenido o no una relación sexual con Mónica Lewinsky.

La definición de lo que era considerado como relación sexual de parte de este Senado incluía una serie de prácticas como el sexo oral, el toque de los genitales, el masaje de partes íntimas, el toque de los senos en caso de la mujer, y prácticas similares.

En cuanto a la pregunta de hasta dónde entonces pudieran los novios llegar antes del matrimonio, la realidad es que no hay una fórmula, pero sí hay principios que pueden guiar a la pareja.

Obviamente los novios deben evitar toda práctica que pueda incitar a la sexualidad de la pareja que aún no ha sido consagrada en matrimonio. Los besos profundos de la boca, conocidos en inglés como “french kiss”, y los besos de partes altamente sensibles como son el pecho, el cuello, los muslos, etc., deben estar fuera de los límites de una pareja durante el noviazgo.

El tomarse de la mano, un abrazo como se abrazan los amigos, sin que haya toque de los genitales, y un beso superficial, entendemos que son los límites correctos para el noviazgo. Obviamente, a la luz del siglo XXI, estos límites parecerían ridículos, en comparación a lo que los novios acostumbran a practicar.

Pero debemos recordar que lo que define nuestros criterios y nuestros límites no es lo que la cultura de un momento dado determine que es correcto o incorrecto, sino los principios que la Palabra de Dios establece para que el hombre y la mujer no terminen en prácticas de lujuria.