Phiona Mutesi nació y creció en una de las zonas más pobres del
mundo. Katwe, uno de los barrios más pobres de Kampala, capital de Uganda. Su
padre murió cuando apenas tenía tres años y más tarde su hermana mayor también
murió, presumiblemente de malaria. Su madre era su único apoyo pero no podía pagar
el alquiler ni la escuela, así es que se vieron obligados a vivir en la calle
con la única esperanza de encontrar algo que comer.
Un día de 2007, Phiona entró en la Iglesia Agape, una pequeña
habitación con suelo de tierra y paredes de madera, en la que el exfutbolista
Robert Katende, enseñaba ajedrez a los niños de Katwe después de darles de
comer. Este proyecto forma parte de la labor ministerial de Sport Outreach
Ministry (SOM), un ministerio con sede en Lynchburg, Virginia, dedicado a
restaurar la esperanza de los más necesitados a través del mensaje de Cristo.
EVANGELIO, DEPORTE Y AYUDA SOCIAL
Utilizando el deporte como su mejor reclamo, declaran que ha
sido una herramienta que les ha permitido crear y afianzar relaciones más
eficaces para el crecimiento del evangelio. Una herramienta sencilla, que les
ayudó a compartir el evangelio sin importar el idioma o las diferencias
culturales. Sin embargo, no sólo motivan a niños y jóvenes a través del
deporte, también ofrecen becas y tienen escuelas para proporcionar educación a
niños, adultos y jóvenes que de otro modo nunca tendrían la oportunidad de ir a
la escuela. Gracias al fondo de becas que se estableció en 2005, han ayudado a
miles de niños a recibir educación en África y América Latina.
En África, están construyendo nuevos pozos de agua. Pozos que
más tarde se convierten en el fundamento de la transformación de esa comunidad.
En Uganda y Kenia preparan comida caliente y nutritiva para más de mil niños
diariamente. Mientras los niños comen, comparten los principios bíblicos con
ellos y proporcionan consejo a aquellos que tienen necesidades especiales.
También tienen proyectos de formación y de plantación de
iglesias. Sin duda alguna, su proyecto más conocido es Katwe SOM (Programa de
Proyectos y Programa de la Academia de Ajedrez) un proyecto misionero que
cambió la vida de Phiona Mutesi.
UN DIAMANTE EN BRUTO DEL AJEDREZ
Robert Katende, fundador del programa, se dio cuenta de que la
pequeña Phiona tenía un enorme talento y aunque confesó que su único interés
era la comida, meses después seguía asistiendo al lugar para entrenar su mente,
ya que “en el ajedrez la pieza pequeña puede convertirse en la más grande”.
Diariamente recorría 6,5 kilómetros hasta Kampala, donde sólo
había siete tableros de ajedrez a los que les faltaban algunas piezas, que eran
sustituidas por trozos de escombros. Pero explica que “el ajedrez le dio la
oportunidad de regresar a la escuela y me enseñó que hay otra vida”.
“Mi vida fue muy dura, yo dormía en la calle, pero cuando vi a
los niños jugar felices y emocionados, pensé que yo también quería tener la
oportunidad de ser feliz”, expresa ahora Phiona Mutesi.
Dos años más tarde, ya en 2009, los niños del suburbio de Katwe
entrenados por Katende, representaron a Uganda en una competición internacional
realizada en Sudán y contra todo pronóstico, fue la primera victoria de Phiona
Mutesi.
VIDA DE PELÍCULA
A partir de ahí, empezó su gran cambio de vida. Nunca había
pisado un aeropuerto, nunca había dormido en una cama tan grande y nunca había
soñado con elegir qué quería comer, pero ese momento llegó. Con sólo 14 años
viajó a Siberia, a las Olimpiadas Mundiales de ajedrez y visitó también Turquía
y los Estados Unidos.
Sal Ferlise, CEO de SOM, explicó que la película se convertirá
en un puente entre el enfoque basado en la fe para devolver la esperanza, la
creencia de que una vida puede ser transformada a través de ella, y el enfoque
humanitario.
La película contiene escenas frecuentes de oración en la Iglesia
Agape de Kampala y de cómo el entrenador Katende construyó un equipo de ajedrez
con los niños de los barrios pobres, la mayoría de los cuales no podían
permitirse el lujo de ir a la escuela. El ministerio no sólo les enseñó
ajedrez, también les discipuló y ayudó a colocarlos en las escuelas cristianas
de la comunidad.
Sin duda alguna, esta historia no resulta conmovedora sólo por
el cambio de vida que sufre su protagonista, conmueve también pensar que el
trabajo de un misionero ayudado por un ministerio evangelístico puede cambiar
otros miles de millones de historias y vidas.
El estreno para España y Sudamérica esta previsto recién para el
2017.
Fuente: Protestante Digital
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