¿Que clase de estima tuvo
Jesus por la mujer? ¿Cual fue la idea de Dios al crearla? ¿Que valor y cual es
el lugar que le otorgan las escrituras a la mujer? Un tema para mujeres, y aun
para hombres, que revaloriza el papel y rol de la mujer.
Como Dios, no se conformó con crear al varón
sino que decidió formar de sus huesos una ayuda adecuada para él, el hombre
necesita de la mujer y ésta del varón. Ella no es sólo la madre, la compañera,
la esposa, la amiga, la hija, la hermana, la abuela; ella es la mejor imagen de
la Iglesia en la Biblia, es decir laEsposa de Jesucristo.
Dios tiene en Su mente omnisapiente y creativa la
imagen de un ser dulce, misericordioso, laborioso, humilde y de aspecto bello,
con la maravillosa capacidad de traer a la vida otros seres humanos. Este ser
no es un hombre ni es un ángel; este ser en el cual ha puesto aquellos dones es
la mujer.
Si bien es cierto que la caída del ser humano,
según el relato de Génesis, comenzó por la desobediencia de la mujer, las
descendientes de Eva fueron honradas con el nacimiento del Salvador del mundo a
través de María, "bendita
entre las mujeres", "llamada
bienaventurada por todas las edades".
Jesucristo siempre apreció la compañía de mujeres;
de hecho fueron sus amigas, Marta y María, las hermanas de Lázaro. La primera
maldición recayó con mayor peso sobre la mujer, pero el número crecido de
mujeres en nuestras iglesias indica que Dios tuvo en mira que la gracia que Él concedió al género humano fuese
todavía más abundante para aquella que fue la primera en pecar y sufrir.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento destacan
la actividad evangelizadora y de servicio que ella siempre ha desplegado. Dice
Salmos 68:11 “El Señor daba
palabra; había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.” Y en el Nuevo Testamento se destaca
como compañera de los apóstoles, diaconisa, profeta, líder, madre y esposa.
El apóstol Pablo enseña: “Maridos, amad a vuestras
mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”
(Efesios 5:25) Además, la ubica en igualdad de derechos frente a Dios, pues
dice: “Ya no hay
judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús.” (Gálatas 3:28)
Fuente: .sigueme.net
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