Abre tus brazos a
la vida. No temas si el frío del invierno golpea tus mejillas O si el calor del
verano despierta el dolor de tus heridas. Detrás de ti, cual guía soberano:
padre amoroso, amigo sincero.
Abre tus brazos a
la vida. No temas si el frío del invierno golpea tus mejillas...
O si el
calor del verano despierta el dolor de tus heridas.
Detrás
de ti, cual guía soberano: padre amoroso, amigo sincero.
Jesús
coloca sobre tus hombros sus manos y, hablando su palabra fortalece tus brazos;
Derramando
en ti su poder, diciendo:
"Estoy
aquí, delante de ti, cual guerrero voy peleando.
Detrás
de ti guiando tu corazón, tus decisiones, tus pensamientos afirmando.
Es hora
de acelerar tu paso y de conquistar la tierra que te he dado.
Es hora
de enfrentar la vida sin miedo, tomar la victoria tuya: para ti la he ganado.
Sin
temor, abre tus brazos a la vida...”
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