“Den gracias al
SEÑOR y proclamen su grandeza; que todo el mundo sepa lo que él ha
hecho”. 1 Crónicas 16:8 . A veces
pareciera que exigimos mas a Dios de lo que nosotros mismos damos, queremos que
Dios conteste cada cosa que pedimos sin importar si es o no su voluntad y en
ocasiones hasta termínanos molestándonos porque a lo mejor no nos contesto lo
que queríamos, ni en el tiempo que lo necesitábamos.
Pero la verdad es que somos unos desagradecidos, y digo esto
porque la mayoría de veces estamos pensando en lo que necesitamos o en lo que
queremos, pero pocas veces nos damos cuenta lo bendecido que somos al tener lo
que simplemente tenemos.
Desde
el momento que nos levantamos por la mañana y abrimos nuestros ojos, somos tan
bendecidos porque a Dios le plació darnos un día mas de vida, pero nosotros no
vemos esa bendición que se llama: vida, sino que comenzamos a afanarnos por lo
que el día nos traerá o por lo que necesitamos que Dios nos dé.
Somos
así, por naturaleza, no valoramos lo que tenemos y exigimos más de la cuenta,
como que Dios estuviera obligado a responder a cada capricho nuestro.
¿Por qué por un momento no volvemos nuestra mirada alrededor y
nos damos cuenta lo bienaventurados que somos al tener lo poco o mucho que
tenemos?
Hoy al
despertar por la mañana, veo a mi hijo Uziel dormido y lo veo tan bello, veo a
mi hija Valentina durmiendo como toda una princesita y la veo
bellísima, veo a mi esposa Yamita con sus ojos cerraditos y no puedo dejar de
pensar en lo bendecido que soy al tenerlos, más allá de lo material o de
cualquier otra cosa que quiera robarnos la paz, el simple hecho de tener la oportunidad de verlos me es una bendición que Dios me
ha dado.
Quizá no tengamos todo lo que quisiéramos tener y hasta quizá no
merecemos lo que tenemos, pero Dios es tan bueno que nos ha dado el regalo de
la vida y con eso deberíamos estar servidos.
Por un momento deja de pensar en eso que te abate, deja de
pensar en eso que te ha robado la atención los últimos días y vuelve tu mirada
a las cosas que tienes, a las bendiciones que Dios te ha dado, a lo que para ti
quizá sea poco, pero que realmente es mucho, si tenemos en cuenta que no somos
merecedores de sus bondades y sus misericordias, pero aun así, Dios nos
bendice.
Una muestra de la bendición de Dios sobre tu vida es que hoy,
este día y a esta hora estás leyendo estas líneas, lo cual significa que tienes
la vida y la salud necesaria como para leer lo que en este momento estás
leyendo.
Deja de pensar en lo que no tienes y quieres y dale gracias a
Dios por lo que tienes y quizá no mereces, pero su gracia y misericordia sobre
tu vida es tan hermosa que El seguirá bendiciéndote abundantemente.
Hoy es un día hermoso como para agradecer a Dios por lo que nos
ha dado, por lo bueno que ha sido y por lo paciente que es con nosotros, creo
que si su paciencia no fuera la que es, muchos de nosotros no tendríamos hoy el
privilegio de estar leyendo estas líneas, pero Dios ha sido bueno.
“Gracias Dios mío,
por todas tus bondades con las que día a día me sorprendes, gracias porque tú
sabes lo que necesitamos y por eso tienes a bien dárnoslo en tu tiempo, gracias
porque sabemos que tu perfecta voluntad se cumple sobre nuestras vidas día a
día, gracias por nuestras familias, gracias por permitirnos servirte, gracias
por cada cosa que nos das y por lo que no nos das, porque todo lo que viene de
ti es bueno mi Señor. En este día reconozco que has sido bueno, eres bueno y
siempre lo serás, a ti mi Señor es la Gloria, la Honra y la Alabanza por todo
lo que haces, en el Nombre de Jesús, Amén”
¿Por qué no le das
gracias a Dios por lo que tienes?
Autor: Enrique Monterroza
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