Usted
podría preguntarse cómo responderles. Cualquiera que haya sido la razón de su
deserción, solo hay una respuesta bíblica adecuada —el perdón. La razón es que,
como personas que hemos sido perdonadas, nunca tendremos el derecho de dejar de
perdonar.
Después
de haber sido abandonado durante su encarcelamiento en Roma, Pablo escribió lo
siguiente en cuanto a quienes lo habían desamparado: “No les sea tomado en
cuenta” (2 Ti 4.16). En otras palabras, los perdonó. El apóstol probablemente
recordó lo que sucedió cuando Esteban fue apedreado. Pablo había estado
presente, después de todo, como uno de sus acusadores, y oído al moribundo
clamar: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” (Hch 7.60).

Pero es
posible que Pablo tuviera en mente un acto de perdón mayor: la muerte
expiatoria de Cristo y su actitud hacia sus verdugos. Jesús oró, diciendo:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23.34).
Porque
Dios perdona de todos sus pecados a quienes se vuelven a Él, no tenemos el
derecho de negar el perdón a nadie, y eso incluye, sin duda, a nuestros amigos.
¿Hay alguien a quien usted necesite perdonar? Si es así, hágalo hoy.
Biblia en un año: Lucas 12-13


0 comentarios:
Publicar un comentario