Las demandas que hace la vida son
abrumadoras para una mujer esposa y madre. Una mujer sabia se da cuenta de que
debe mantener sus prioridades en orden si quiere sobrevivir y ser bendecida. Un
estudio de la Bíblia revela que algunas prioridades son más importantes que
otras.
Si
en tu matrimonio está operando un ambiente de desamor y desánimo familiar, es
probablemente porque se está violando el orden de las prioridades que
permiten a la pareja disfrutar la felicidad de un matrimonio cristiano.
Una
mujer sabia, aplica en su matrimonio el orden de las prioridades dando a cada
una el lugar correspondiente según está establecido en las sagradas escrituras.
Primera prioridad: Amar al Señor.
La
primera prioridad de una mujer sabia es saber que debe amar al Señor Jehová
Dios de los Ejércitos. (Marcos 12:30-31b)
Como
mujer sabia, Dios debe ocupar el primer lugar en tu vida. Cuando das a Dios ese
lugar, entonces puedes contar con el favor de Dios para comprender a tu esposo
y dirigir a tu familia.
Dios
se encarga de activar en tu mente todas las ideas creativas que necesitas para
dirigir tu matrimonio. Esto es precioso, puedo experimentar cómo el Señor pone
en mi corazón y en mi mente la manera en que debo tratar a mi esposo y a mis
hijos y cómo puedo disfrutar de ellos y vivir mi matrimonio feliz!
Evita
que las preocupaciones de estos tiempos te impidan darle a Dios el primer lugar
en tu vida. El trabajo, la casa, los hijos, vestir, crianza, la iglesia y
cualquier otra preocupación nunca deben ocupar el lugar de Dios. Si te enfocas
en ellos, entonces estás deteniendo la gran bendición que Dios tiene para tí y
tu matrimonio.
Segunda prioridad: Tu esposo/Tu
Tu
esposo será tu próxima prioridad después de Cristo. Tu esposo nunca debe ocupar
el lugar de Cristo en tu vida, pues cuando esto ocurre te enfocarás en sus
defectos.
Demuéstrale
a el y a tus hijos que el es el segundo solo delante del Señor. Tu esposo
sentirá el respeto y la motivación de cumplir su rol como cabeza del hogar tal
como lo establece la Bíblia.
Ten
presente que como eres una con tu marido, y con esfuerzo tratas de mantener las
prioridades en orden, tu necesitas cuidarte a ti misma. Ponte siempre en el
mismo orden de prioridad que tu marido, pues son una sola carne.
Tercera prioridad. La crianza de tus hijos
La
mayor heredad que como mujer puede dejar en la tierra son tus hijos. Como mujer
sabia tienes que instruirlos en la palabra de Dios. Cuando los instruyes estás
haciendo la mejor inversión de tu vida. Tus hijos crecen con temor de Dios, y
reflejan con su comportamiento y su vida lo que todo padre anhela descosechar
de esa hermosa herencia.
Gracias
a Dios, como vivo un matrimonio cristiano, hemos criado a nuestros hijos bajo
obediencia e instrucción de la palabra de Dios. Producto de esa inversión hoy
disfrutamos de un matrimonio feliz.
Cuarta prioridad. El Hogar.
La
casa de una mujer sabia es su lugar de paz, identidad, productividad, armonía y
alimentación de su familia y ministerio. Como mujer virtuosa debes aplicar
estrategias que faciliten obtener el tiempo necesario para estar con tu
familia. Recuerda que lo que garantíza la productividad en tu hogar es la
inversión que hagas con tu familia.
Quinta prioridad. Trabajo, Ministerio y Otras
Actividades.
La
última prioridad que como mujer sabia debes hacer es enfocarte en sus
responsabilidades fuera del hogar. El exceso de atención que le prestes a tu
trabajo, la iglesia, las actividades de los niños, estudios bíblicos, y las
actividades sociales pueden interferir en la armonía de tu hogar.
Ahora
mismo, toma una libreta, escribe una lista con cada una de estas prioridades.
Haz otra lista con todas las actividades que realizas en tu hogar, ubícalas de
acuerdo al renglón que correspondan, luego planifica tu día teniendo en cuenta
la prioridad de cada una.
Aplicalo
ya. En siete días, habrás notado el gran resultado de haber organizado tu
familia en la voluntad de Dios. Dios te bendiga.
Fuente. Alma Ferrera.
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