jueves, 2 de abril de 2020

Porque Nunca Me Rendiré En La Iglesia - Reflexión

nunca me rendiré

Nunca puedo renunciar a la iglesia porque nunca puedo renunciar a las personas, cuando escucho que las personas abandonan la iglesia, mi corazón se rompe. Nunca puedo renunciar a la iglesia porque nunca puedo renunciar a las personas.
Ciertamente, la iglesia es como una familia, a veces está en mal estado e incluso mal, pero necesita constantemente arrepentimiento, perdón, revitalización, renovación y reevaluación.
Así es con las familias. Y, como la iglesia es realmente una familia, nunca me rendiré. Si, una familia. Una familia real, real y personal, no una metáfora.
Cuando nuestras ideas sobre la iglesia son teológicas o institucionales, hacemos que la iglesia sea algo fácil de abandonar. Pero la iglesia no es un edificio, una denominación, una organización, una construcción teológica o una serie de creencias.
Estas son las personas que conocemos dentro de estas instituciones. La iglesia es gente. La gente crea familias. La esperanza de la familia ciertamente tendrá peleas ocasionales, por lo que discutiremos.
A veces nos vamos enojados, gritando: “Ya terminé contigo”, solo para encontrarnos compadecidos con otros miembros de la familia con sufrimientos y frustraciones similares, para que podamos hablar juntos, compartir nuestro dolor juntos, rezar juntos. ya sabes, seamos juntos en la iglesia.
Es por eso que, incluso si mi corazón se rompe cuando escucho a personas alejarse de la iglesia, siempre hay esperanza. Porque incluso cuando estamos lejos de nuestra familia, todavía somos parte de ella.
Incluso si mi corazón se rompe cuando escucho acerca de personas que se alejan de la iglesia, siempre hay esperanza.

La verdadera iglesia es gente real

Es imposible para mí, como seguidor de Cristo, dejar de trabajar en, con y para la iglesia, porque nunca puedo estar fuera de relación con estas personas. Incluso cuando peleamos, esta pelea crea tensión en mí. Y esa tensión me tira.
Incluso cuando no tengo ganas de ir a la iglesia (como en un evento de construcción), nunca puedo abandonar por completo las relaciones que la iglesia me ha dado.
Las estructuras en torno a estas relaciones pueden cambiar, incluso desaparecer, a menudo porque tienen una necesidad desesperada, pero eso no cambia ni pone fin a la iglesia, porque las personas y sus relaciones aún existen.

Una iglesia de nombres y rostros

La iglesia es una familia de personas que me amaron y me ayudaron a conocer y servir a Jesús, no solo de manera general. Pero personas con nombres, rostros y una larga y profunda historia juntos. Personas que han estado en mi vida toda mi vida. La gente que amo Gente que me quiere.
No puedo rendirme, porque Jesús nunca se dio por vencido con nosotros.

Por: Karl Vaters

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