La administración de las
finanzas se construye con 80% de hábitos, y 20% de conocimiento. Los hábitos
son aquellas cosas que hacemos o no hacemos cada día: revisar el estado de
cuenta, ir de compras sin saber cuánto dinero tenemos para gastar, hacer planes
a inicios de mes, comprar una hamburguesa cada vez que salimos del trabajo,
entrar a una tienda cada vez que lea un rótulo que diga “50% de descuento”,
darle una contribución al que pide dinero en la calle sin calcular si el dinero
que entregamos lo necesitamos para alguna necesidad, agendar mensualmente citas
con el doctor para chequeos médicos, o hasta ahorrar cada mes en un sobre. Cada
una de estas acciones son buenos o malos hábitos que adquirimos con el tiempo.
El desafío está en mantener las buenas costumbres y desechar las que no nos
ayudan en nuestro plan para salir de deudas.
Le propongo
una serie de recomendaciones prácticas que le ayudarán a no endeudarse más:
1.
Establezca un destino financiero.
Comience por
preguntarse, ¿cómo me veo financieramente a mí o a mi familia de aquí a un
año?Escriba junto con su cónyuge una serie de 3 a 5 pasos que van a tomar en
los próximos meses para alcanzar esa gran meta al final del año. Luego hágase
la siguiente pregunta, ¿cómo queremos vernos a cinco años?Escriban también
una serie de pasos grandes e importantes en los que van a enfocarse. Finalmente
pregúntense, ¿en qué creemos que es importante invertir el dinero, y en
qué cosas no vamos a invertir?Todos tenemos gastos de los que nunca nos arrepentimos,
y otros gastos de los que todos los días nos reprochamos a nosotros mismos. Al
tener un destino financiero le será fácil reconocer cuáles compras sí debe
hacer, cuáles deben esperar y cuáles definitivamente no son parte de su
plan.
2.
Aprenda a decir “no”.
Dígalo en voz
alta: “NO”. Aprender a usar esta palabra tan simple le ayudará a mantenerse en
su plan de salir de las deudas cuando le llamen para ofrecerle una tarjeta que
le obsequia “la octava maravilla del mundo”; o un descuento para esos zapatos
cuya marca usted ama pero que no puede pagar; o un nuevo crédito que le da
muchos beneficios; o una simple salida con sus amigos que no tenía planeada en
sus gastos.
Decir “no”,
cuesta mucho cuando tenemos la necesidad de presumir a dónde fuimos, cómo nos
divertimos y qué círculo social calzamos. Recuerde que muchos de sus amigos o
familiares tienen planes diferentes a los que usted desea alcanzar, y es
precisamente por eso que está bien decir “no”, cuando nosotros veamos que las invitaciones
no van con nuestros planes.
3.
Haga un presupuesto cada mes.
Un presupuesto
es una expectativa de ingresos y gastos divididos por categorías. En nuestro
curso “Ya Tengo Mi Presupuesto” le enseñamos a las personas a escribir
sus ingresos en una hoja y enlistar sus gastos en forma descendente hasta que
el monto sea igual a cero.
Uno o dos días
antes de recibir el dinero de sus ingresos es importante sentarse a definir en
cuál categoría va a ir cada $ que usted recibe. Cuando deseamos salir de
deudas, es esencial hacer recortes en el presupuesto en el área de ahorros
(exceptuando el fondo de emergencia y pagos como impuestos anuales) y lujos,
con tal de hacer abonos adicionales a la cuota mensual mínima que piden los
prestamistas.
4.
Pague las deudas “de menor a mayor”.
Enliste las
deudas; desde aquella en la que menos debe, hasta aquella en la que debe más.
En esta lista no se coloca el crédito hipotecario. A partir de hoy, usted se va
a mantener pagando las cuotas mensuales mínimas de cada deuda. Con el dinero
que logró recortar del área de lujos y de ahorros, usted va a hacer abonos
extraordinarios a la deuda más pequeña (aun si le castigan con un porcentaje de
su aporte).
Luego de haber
terminado de pagar la deuda más pequeña, usted va a sumar el recorte que había
hecho a sus lujos y ahorros con la cuota mensual mínima de la deuda que acaba
de terminar de pagar y va a contemplar este nuevo monto como los abonos que va
a hacer a la segunda deuda.
Una vez que
termine de pagar la segunda deuda usted va a sumar la cuota mensual mínima de
la primera deuda, la cuota mensual mínima de la segunda deuda y lo va a sumar a
la cuota mensual mínima de la tercera deuda. De esta forma, usted va a salir
mucho más rápido de todas las deudas que actualmente tiene, y se emocionará al
ver que lo que iba a durar 2 años, duró 10 meses. Este es un principio
ampliamente compartido por expertos financieros que le puede ayudar a salir de
la manera más motivada y más rápida de todos los créditos.
5.
Renegocie con los prestamistas.
Hay familias
que han decidido comprar sus alimentos en los lugares más baratos, no salir a
entretenerse por más de un año, recortar todas las suscripciones, vender los
autos, y aún así, no logran dar con los pagos.
En estos
casos, es vital que usted se presente ante el prestamista con una lista de sus
gastos, recortes que ha hecho, ingresos actuales con certificaciones laborales
y solicite un trato para reducir el monto de las cuotas y los intereses a
cambio de extender el plazo de la deuda. Esto es conocido como
refinanciamiento.
Algunos
utilizan esto para tener más dinero disponible y volver a pedir más préstamos y
seguir con el estilo de vida dañino que tienen. Usted por su parte, debe ver
esto como una oportunidad para ahorrar con el dinero que le va a sobrar, un
fondo de emergencia equivalente a la mitad de sus gastos mensuales en una
cuenta bancaria, y comenzar a hacer abonos adicionales a la nueva deuda que le
acaban de entregar.
Por: Esteban Porras
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