domingo, 18 de noviembre de 2018

Recupera Tu Pasión Por Dios - Reflexión




Dios nos manda a que lo amemos completamente, no sólo dice que un poco, sino de todo corazón, con un amor sincero, con una completa pasión. Con toda tu mente, que lo reconozcas y lo ames por quien él es: nuestro Salvador, el Dios Todopoderoso.
Con todas tus fuerzas, que lo ames a él y al servicio que le ofreces, que le demuestres que lo amas con acciones y no palabras. Con toda tu alma, con un amor completo y una entrega total. Amarlo con el alma es solo un complemento de todo lo demás, en otras palabras es entregarle todo a Dios.
Enamorarse de Jesús es algo tan asombroso porque no es un amor en el que sufres, no te preocupas en que si Dios te seguirá amando o te fallare algún día, como tal vez lo haces con las demás personas.

Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él (1 Juan 4: 15-16)

Estos versículos nos dicen que cuando dependemos y creemos en el amor de Dios, tenemos una unidad o una comunión con él. ¿Pero qué pasa cuando ese amor o esa pasión por el ya no existe más o nunca existió?

¿Cómo poder encender tu pasión por Jesús?

Para poder entender la respuesta a estas preguntas, primero debemos entender porque es importante mantener la pasión hacia Dios.
Tener una completa pasión por Dios significa que estás dispuesto para servir a Jesús sin importar tu situación o las consecuencias. El tener esa pasión por servir a Dios, por desarrollar tu ministerio, tiene mucho que ver con tu propósito. Tu propósito es el trabajo para el cual Dios te ha creado. Si no lo conoces entonces esa pasión no puede existir. Pero, al conocerlo entonces puedes cumplir tu misión en la Tierra porque sabes que tienes que hacer, porque esa pasión te conduce a cumplirla. Un ejemplo de una persona apasionada que conocía su propósito fue Jesús. En 2 Reyes 9-10 habla sobre lo que él hizo. Dios, al ungirlo como rey de Israel, no perdió su tiempo, sino que sabía lo que tenía que hacer: acabar con los cultos de Baal y el reinado de Jezabel. Muchos le tenían miedo y no querían enfrentarse a ella. Pero la pasión de Jesús por servir a Dios no le permitió que se rindiera. Acabo matando a Jezabel, sus hijos y a los sacerdotes de Baal, terminando con todo ese periodo de maldad y caos, cumpliendo su propósito.

El vivir apasionados por Dios es muy importante porque al hacerlo estas reconociéndolo. Lo reconoces al hacer tu trabajo, orando, alabándolo y no solo en eso sino que también en todo lo que haces, y lo haces todo como para él. Esto te hace sentir bien. Te sientes bendecido y crees que puedes hacer mucho porque tienes a Jesús. Como si estuvieras en el mejor momento en tu vida espiritual.

La pasión desata bendiciones y provoca el goza de Dios en tu vida porque obedeces a Dios y lo pones a el primero, es lo que te anima a seguir adelante porque estás viéndolo a él delante de ti. No te interesa tanto tu propio bienestar como el de los demás. Por causa de esto alabar y adorar a Dios no se vuelve un problema porque te enfocas más en el que en ti, igual con las personas, primero ellas y luego tú. El vivir apasionados nos trae muchas recompensas, como ya dije, desata muchas bendiciones, porque Dios sabe cuando haces algo de corazón. También, es importante porque cuando no vives apasionado por Dios, buscas tu propio bienestar, te vuelves egoísta y no sientes esa misma compasión hacia las personas.

Hay muchas formas que pueden destruir tu pasión

Primero, está el engaño. Juan 10:10 afirma que el primer objetivo de Satanás es destruir nuestra pasión, porque sin ella no se puede servir a Dios de todo. Juan 8:44 declara que Satanás es el padre de la mentira, así que el engaño debe ser su principal arma de destrucción ya que el engaño es la mentira disfrazada de verdad. Cuando descubrimos que hemos sido engañados, nos llega una gran decepción hacia la persona que nos daño, y muchas veces es difícil recuperarse de una decepción porque pierdes confianza por la persona. En esto también están incluidas las mentiras como: Dios no me ama, nadie me saluda, todos me ignoran, etc. Estas son grandes mentiras que el Enemigo nos hace creer, que nos apartan de la comunión que tenemos con las personas y con Dios, destruyendo nuestra pasión por esa separación.
Segundo, es el miedo. En Mateo 25: 14-30 habla sobre la parábola de los talentos, donde uno de los tres hombres prefirió esconder el talento que recibió porque tenía miedo, a causa de esto le fue quitado su único talento y dado a otro. Muchas veces Dios les da dones a las personas, pero al ejercerlos les da miedo por ya sea perturbaciones, problemas, etc. Entonces, esto destruye tu pasión porque no estás trabajando tu ministerio.


Tercero, es la rutina. Algo se vuelve una rutina cuando lo haces todos los días. Hay rutinas que son buenas y otras malas. Hábitos que en lugar de ayudarte te destruyen. Esto en muchas ocasiones causa estrés, fatiga, aburrimiento, tensión, etc. Eso destruye tu pasión porque cuando todo esto empieza a invadir tu vida, empuja tu pasión fuera, se acaba y comienzas a hacer todo por obligación y no por pasión. Lo haces solo porque tienes y no porque quieres.
Sabiendo esto, es necesario conocer que es lo que enciende esa pasión por Dios. Una de ellas es volver a entender de donde viene nuestra salvación. De recordar el sacrificio de Jesús en la cruz y la razón por la cual lo hizo.
El entender tu propósito en la Tierra también encenderá tu pasión por Dios. Para encontrarlo, debes de ir y preguntarle a Él, porque qué mejor es preguntarle al inventor sobre su invención que a otra persona, esto significa que al buscarlo, deja de enfocarte en ti y más en tu Dios, tu creador.
Otra manera de encender tu pasión, es amando a Dios y a su obra. Aunque al principio te parezca esto muy difícil, amar algo o alguien cuando en realidad no es cierto, y hacerlo como una obligación más que como un anhelo, pero al acercarte a Él y conocerlo mejor lo amaras cada vez más, aunque al principio no sea así. Para conseguir esto es necesario que pongas mucho de tu parte. No te rindas solo porque ya no sientes nada, sino que sigue luchando, porque tu Dios espera esto de ti.

No es buena idea dejar de leer la Biblia o dejar de orar, ya que esto solo te alejara de Dios. Es muy difícil hacer esto cuando no hay pasión, pero al luchar, Dios pondrá su espíritu sobre ti y según lo que dice Hechos 1:8, que recibirás poder del Espíritu Santo para vencer cualquier cosa en el nombre de Jesucristo, y que seréis testigos de los milagros y del poder del Dios Todopoderoso.

Además, cuando te acercas a Dios, recibirás su Espíritu Santo y el te dará lo que necesitas en tu vida, esto incluye el amor. Así que, te invito a que sigas buscando de Dios ya que es la única manera en la cual podrás encender tu pasión por el. Dios los bendiga.

Autor: Viridiana Hernández

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